Descripción
Desde los
años cincuenta,
los relatos de abducciones suelen incluir la descripción de una sala
semejante a un laboratorio en la cual los extraterrestres realizan algún
tipo de
experimento o
investigación sobre el individuo secuestrado.
El relato (subjetivo) del secuestro suele incluir la idea de que el
mismo estaría precedido por la pérdida de la voluntad y de la
conciencia
en el instante anterior al momento del transporte.
[cita requerida]
Quienes refieren haber sido víctimas de una abducción aseguran que
durante el rapto habrían padecido un lapso importante de «tiempo
perdido», es decir, la sensación de haber pasado un tiempo prolongado,
pero sin poder recordar casi nada de ese lapso transcurrido. El interior
de la nave a la cual serían conducidos los abducidos por lo general es
descrito como una sala redonda, con cúpula, iluminada por una luz difusa
que parece salir de las paredes y del piso. Tras ser retornados de la
abducción, algunos comentan tener alguna anomalía en su organismo, tales
como
la presencia
de objetos metálicos dentro del cuerpo.
Otros puntos en común serían:
Consecuencias
La
mayoría de los relatos son muy semejantes entre sí, y a su vez son
semejantes representaciones en las películas de ciencia ficción acerca
del tema.
[cita requerida]
Por su parte, el
folklorista Thomas E. Bullard realizó un estudio
[1] sobre 309 casos de este tipo, mostrando que siguen cierto orden y en el que destacan varios episodios clave:
- captura
- examen
- excursión o viaje a otros mundos
- teofanía
- regreso
- consecuencias
Si bien todos los elementos no aparecen
en todos los casos, según él y sus propios criterios acerca de lo que se
considera captura, examen, viaje teofanía, regreso y consecuencias, hay
un 84% de situaciones en los que el orden se cumple.
[1]
Tiempo perdido
Una característica común a quienes alegan haber sido abducidos es la
amnesia, llamada «
tiempo perdido» en el argot que popularizó el escritor neoyorquino
Budd Hopkins, autor del libro
Missing time (?tiempo perdido?), de 1981.
Esta amnesia casi siempre impide a los protagonistas recordar el
meollo del incidente. Por ejemplo, una persona vive una situación
extraña de una supuesta abducción o visita extraterrestre a una
determinada hora. Más tarde, al mirar su reloj, ve que han pasado varias
horas pero no recuerda bien qué ocurrió en ese lapso.
Hipnosis
Lo ocurrido durante ese tiempo perdido supuestamente puede saberse mediante regresión
hipnótica,
mediante las cuales se somete al abducido a un estado de relajación en
el que las imágenes que la memoria consciente se resiste a recordar
afloran progresivamente.
Es muy posible que el abducido recuerde el principio del episodio:
por ejemplo, una luz muy fuerte que le cierra el paso mientras viaja de
noche en su automóvil; una estrella que cae del cielo y se posa en un
prado cercano, donde se resuelve en un «platillo volante», un súbito
paro de todos los sistemas eléctricos del automóvil, un tiempo perdido,
unas horas en las que el sujeto no sabe dónde ha estado, etc
Mediante la regresión hipnótica, profesionales como el hipnólogo estadounidense
Leo
Sprinkle, el hipnólogo estadounidense
Berthold Schwarzy y el hipnólogo e ingeniero estadounidense
James Harder, han conseguido obtener relatos de varios centenares de abducciones.
Este último investigador llegó a estudiar 104 casos, de los cuales
un 39% eran varones y un 16% se trataba de niños acompañados de adultos.
El 50% eran personas en situación de desempleo o trabajadores no
especializados, un 10% oficinistas y alrededor de un 5% estudiantes
universitarios. Según el autor esto «implica un nivel ocupacional o
educativo relativamente
elevado».
La mayoría de los relatos son parecidos entre sí y
suelen seguir el patrón de las historias difundidas y puestas de moda
previamente por los medios de comunicación.
[2] [3]
Hasta tal punto es así que, según dice el estudioso británico John Rimmeren en su obra
The evidence for alien abductions
(1984), basándose solamente en relatos bien documentados, ha podido
construir un «modelo» de abducción,
según el cual las personas abducidas (pertenecientes a ambos sexos,
aunque con preponderancia del masculino) son seres humanos sanos,
normales y no interesados particularmente por el problema ovni.
[4]
El escritor español
Antonio Ribera, en su obra
Secuestrado por extraterrestres (1981), escribe:
[5]
Los sujetos, por lo general, recuerdan el principio y
el final del episodio, pero la parte central del mismo ?la más
importante? ha sido borrada de su mente consciente. Este borrado ha sido
hecho sin duda mediante la hipnosis: se les ha impuesto un bloqueo para
que no recuerden unas experiencias, que en ocasiones podrían resultar
muy traumáticas.
El problema es que la técnica de regresión hipnótica no es en absoluto fiable.
La
hipnosis
es un estado en el que el individuo es altamente sugestionable y está
demostrado que no es fiable en absoluto a la hora de relatar recuerdos
veraces.
Peor todavía, en estado de hipnosis se tiende a inventar recuerdos,
[6]
con lo que la regresión hipnótica pasa de ser un argumento a favor a un
argumento en contra de la tesis ufológica de las abducciones.
Posibles explicaciones
Científicamente la
explicación más plausible de las supuestas abducciones sucedidas durante
el sueño es que los relatos surgen como explicación a episodios
psicóticos o de
parálisis del sueño o en
sueños lúcidos no controlados.
En general
las alucinaciones que se tienen durante la parálisis del sueño, serían
sueños con algunas de las características de los sueños lúcidos, que se
perciben reales mientras sucede el fenómeno; pero que sin embargo al
despertar las personas que creen haber sido víctimas, recuerdan el hecho
como real, llegando incluso a reconocerlo como un acontecimiento vivido
realmente durante el resto de sus vidas.
En relación a los casos de quienes relatan haber sido abducidos
mientras caminaban, trabajaban, o incluso cuando conducían su automóvil
(como es el caso de los célebres Betty y Barney Hill)
[7] se explicarían por el papel de las influencias culturales.
Esta explicación se basa
en que los relatos de abducciones se han incrementado después de que
las historias sobre extraterrestres y las abducciones empezasen a
aparecer en el cine y la televisión.
[8]
La historia de los Hill fue popularizada por el periodista
John G. Fuller,
dando comienzo a una era de supuestas abducciones que seguían un patrón
similar al descrito por los Hill, hoy en día asumido culturalmente.
Esto dificulta el trabajo de los ufólogos, ya que deben descartar
los casos en los que se demuestra que la
«víctima» sólo tuvo un episodio paranoico, por lo que resulta más
complicado dar con casos en los que aparentemente sí sucedió un rapto
real.
En cualquier caso, la posibilidad de «episodio
paranoico» es anecdótico: no es necesario en absoluto sufrir algún tipo
de inestabilidad mental para sufrir episodios de parálisis de sueño y
autoconvencerse de haber sido raptado por algún tipo de entidad.
En realidad, los episodios de parálisis de sueño no dan lugar sólo a
interpretaciones del tipo abducción, también son interpretados como
visitas de
ángeles,
posesiones demoníacas.
Igualmente muchos de los individuos que dicen haber sido secuestrados, se les ha hecho recordar el supuesto
suceso mediante hipnosis.
Lo cual puede permitir que el individuo sea sugestionado o autosugestionado mediante
hipnosis, induciéndole, voluntaria o involuntariamente,
falsos recuerdos.
Presuntos casos de abducción
Abducciones en la antigüedad
Dracma fenicio del siglo IV A.C., Museo Británico.
A
partir del argumento que desde el pasado más remoto, el ser humano ha
tratado de expresar lo que veía de acuerdo con su entendimiento,
relacionando las distintas manifestaciones con objetos conocidos,
manteniendo de esta manera la semejanza con lo observado; hay creyentes
que postulan que si estos vehículos aéreos podrían haber sido
tripulados, produciéndose el contacto con los eventuales observadores, y
transmitiéndoles
enseñanzas diversas.
Así indican que cabe la posibilidad de que se les pudo haber llamado a estas «naves»:
bórax resplandeciente, nubes con ángeles (en el
Corán islámico).
vímanas y carro de flores (en el
Ramaiana
hinduista), vehículos de los dioses, carros de fuego, discos solares,
nubes de fuego, etc. Así, hay creyentes en el fenómeno de la abducción,
que igualmente afirman también que varios personajes de la antigüedad,
tales como algunos personajes indicados en relatos bíblicos
y pre-bíblicos habrían sido abducidos en supuestas «nubes» o carros de
fuego a través los cuales «ascendieron a los cielos».
El caso del profeta
Ezequiel, o de
Elías (ascendiendo al Cielo a través de un carro de fuego que provenía del cielo), o incluso
Jesucristo
(subiendo al cielo a través de una nube) hace lanzar a algunos ufólogos
la idea de que el fenómeno no es solamente actual, sino que existió a
través de los años, incluso en la más remota antigüedad.
Frente a estos argumentos, los críticos, la comunidad científica y
escépticos indican que la hipótesis de la abducción no deja de ser una explicación
ad hoc
ya que las nubes y carros de fuego podrían ser metáforas para un relato
religioso y no hay ninguna evidencia de que esos relatos deban ser
interpretados de otra manera. Desde el punto de vista historiográfico
además se trataría hipótesis
argumento desde la ignorancia,
pues los que realizan tales interpretaciones ufológicas ignoran a que
se refieren esas historias, el significado de tales imágenes en la
cultura y cosmovisión de los autores. Ezequil, por ejemplo, describe un
típico carro-trono adornado con querubines, al más puro estílo
fenicio, tal cual es representado en relieves y monedas de la época,
solo que de enormes dimenciones dada la importancia de Dios que se
sienta en el.
El caso de los Hill
Este famoso caso popularizó las historias de abducciones, siendo
una abducción que posteriormente se demostró como un producto de la
imaginación de la pareja, combinada con falsos recuerdos inducidos bajo
hipnosis y que la pareja asumió como auténticos.
El caso comenzó cuando la pareja avistó un objeto que no identificaron cuando volvían de madrugada a casa, el
19 de septiembre de
1961.
Según el relato, Barney Hill habría observado el objeto con prismáticos y le pareció ver formas
humanoides a través de las ventanillas, lo que le hizo pensar que se trataba de un avión.
Betty, en cambio, dice que en ese momento estaba convencida de que
era un platillo volante, e hizo llamadas durante los días siguientes a
la Base de la Fuerza Aérea de Pease para informar de lo que había visto,
y se compró y leyó varios libros sobre platillos volantes.
También escribió al autor de uno de ellos (Donald E. Keyhoe)
relatándole lo que había vivido. En ninguna de esas cartas ni en las
llamadas que hizo habló nunca de
ninguna abducción.
Estas salieron a la luz unos tres años
después, cuando la pareja se sometió a tratamiento por el psiquiatra
Benjamin Simon y narraron la abducción, describiendo al que sería el
prototipo de extraterrestre durante las décadas siguientes.
Durante los
años setenta la historia de los Hill se popularizó y se filmó una película sobre el tema.
Después de la emisión de la película, los relatos sobre abducciones
se multiplicaron: en los treinta años precedentes a 1978 (año de
emisión de la película) se habían constatado cincuenta abducciones,
todas declaradas después de la de los Hill, y durante los dos años
siguientes a la emisión se declararon cien.
[cita requerida]
Sobre esto, los creyentes afirman que todas las posteriores
denuncias de abducción no serían inventadas sólo por el hecho de que la
gente podría haber tenido anteriormente la posibilidad de haber visto o
escuchado la historia de los Hill y sus repercusiones.
La descripción de Betty
La descripción que
Betty hizo de los extraterrestres incluía, entre otras cosas, unos ojos
«envolventes», algo nada frecuente en la ufología de la época, pero lo
significativo de la descripción es que, doce días antes de dar esa
descripción (bajo hipnosis), en la serie televisiva de ficción
Más allá del límite habían aparecido unos
extraterrestres similares a los de la descripción.
Betty
también describió que en la nave le habían mostrado un mapa estelar, que
consistía en una representación tridimensional que había visto a una
distancia de alrededor de un metro.
Tras las sesiones de hipnosis la animaron a dibujarlo: consistía en 26 posiciones correspondientes a estrellas.
El trabajo de interpretarlo se lo tomó Marjorie Fish, una profesora de básica de 34 años (en 1966) aficionada a la astronomía.
Utilizó bolas colgadas del techo de una habitación para representar
las estrellas, y suponiendo que las esferas más grandes correspondían a
las estrellas
Zeta Reticuli 1 y 2, de donde supuestamente procederían los extraterrestres.
Al final encontró una configuración que le pareció adecuada para identificar quince
de las estrellas, pero suele obviarse que no fue capaz de encontrar una ubicación para las otras once.
En
realidad, para una configuración tridimensional dada de puntos, existen
literalmente millones de configuraciones posibles dependiendo del punto
de vista sobre el conjunto: pueden hallarse multitud de
interpretaciones posibles.
[9]
Existe la creencia de que se descubrió que ? Reticuli era
doble después de 1961, cuando supuestamente le fue revelado a Betty por los extraterrestres.
En realidad, basta con echar un vistazo al
catálogo
SIMBAD, buscar ambas componentes (
? Reticuli 1 y
? Reticuli 2)
y realizar una búsqueda de referencias en un amplio rango para ver que
ambas están referenciadas en la literatura especializada por lo menos
desde 1950.
El científico estadounidense
Carl Sagan,
manifestó que el mapa dibujado por Betty no mostraba muchas semejanzas
con el real y que pudiendo elegir un gran número de estrellas viéndolas
desde cualquier punto de la Tierra, se
puede encontrar parecido, con casi cualquier mapa que se dibuje, más
incluso si este incluye líneas entre puntos como el de los Hill.
Por tanto, concluye Sagan, el mapa no es una prueba extraordinaria válida para tal afirmación extraordinaria.
[10]
Otros casos de abducción